Inés Herrero Martínez (Madrid, 1995) es graduada en Diseño por la Universidad Complutense de Madrid. Trabaja como correctora ortotipográfica e ilustradora freelance, ocupaciones que compagina con su puesto de diseñadora gráfica en una agencia de publicidad. Ha participado en cinco antologías de relato corto, tres de ellas bajo la edición de Clara Obligado (Futuro imperfecto en 2012, La isla en 2014 y Olas en 2016), La habitación prohibida bajo al edición de Carmen Peire en 2016 y San Servando en 2017, así como en una
antología de poesía (Ritmo-A-Madrid en 2010) y en una antología de microrrelato (Los jardines secretos en 2011). Grietas es su primer libro en solitario y en él aúna sus dos pasiones, la literatura y la ilustración.
Grietas es el fiel reflejo de aquellas situaciones cotidianas que se tornan en terroríficas, o historias que nos hablan de nuestra vida diaria, a través de bellas imágenes y paisajes minimalistas que complementan el texto. De este modo, Inés Herrero, nos abre las puertas de esas múltiples grietas que componen a las personas en este mundo complejo y vertiginoso. Vida, Silencio, Hambre, Grietas y Mar son los cinco grandes bloques en los que se estructura una obra visual y literariamente deslumbrante, de esta joven autora con una gran proyección.
Grietas es tu primer libro en solitario, donde aúnas tus dos pasiones: escribir e ilustrar. ¿Qué supuso para ti publicar Grietas?
Publicar Grietas fue para mi dar un salto, un paso de gigante, como escuchar a alguien a quien admiras decir: «Enhorabuena, eres escritora e ilustradora». Desde entonces sentí un compromiso más firme, más real con la literatura y la ilustración. Dejaron de ser simplemente mis aficiones para convertirse en algo más.
¿Por qué hablar de grietas? ¿Estamos todas heridas de alguna manera?
En cierto modo todas estamos hechas de heridas, miedos, inseguridades… cómo lidiamos con estas, si conseguimos curarlas o simplemente aprendemos a vivir con ellas, nos acaba definiendo como personas.
En el prólogo del libro escrito por Carmen Peire se presenta brevemente tu trayectoria y se cuenta que empezaste muy joven a interesarte por la escritura. ¿Qué te llevó a escribir?
En mi casa siempre se ha leído mucho, cada noche, desde que tengo memoria, mi madre me leía un cuento antes de irme a dormir. Me fascinaban tanto las historias que, en primero o segundo de primaria, escribí mi primer cuento sobre un dragón que se perdía en el bosque, y desde entonces no dejé de crear, ni de leer, por supuesto. Además, no soy la única que escribe, ojalá compartir la experiencia de publicar con algún que otro miembro de mi familia, talentos que se merecen brillar.
Todo lo que has escrito hasta ahora son relatos ¿te ves escribiendo novela o metiéndote en algún otro género literario?
He hecho varias tentativas sin éxito con historias más largas, pero mi muro a derribar es el tiempo. Antes me lo robaban los estudios y ahora me lo roba el trabajo. Sin tiempo no consigo constancia, y sin constancia se me hunde la historia (por lo menos en mi caso particular). Sin embargo, tengo un proyecto que me ilusiona mucho en proceso, alejado del género del relato, pero sin prisas, que aún se está horneando.
Dedicándote al mundo de la ilustración y la escritura, ¿tienes influencias que se entremezclen o que te ayuden a retroalimentar tus historias desde ambos mundos?
Mis influencias van cambiando a medida que lo hace mi escritura, pero una autora que siempre ha estado entre mis referentes ha sido Alice Munro, vuelvo a sus textos con mucha frecuencia, también podría nombrar a Lucia Berlín, Shirley Jackson, Luis Landero, Antón Chéjov, Neil Gaiman, Stephen King… muchos de ellos son autores a los que vuelvo a menudo, tanto por amor a sus escritos como en busca de consejo literario. Algo muy importante, para mí por lo menos, es no cerrarme a ningún género, por mucho que se aleje de mi escritura, de todo se aprende. En cuanto al mundo de la ilustración, algunos de mis grandes referentes son Katie O’Neill (ilustradora y autora), las primas Jillian Tamaki (ilustradora) y Mariko Tamaki (autora) o Rosemary Valero-O’Connell (ilustradora).
¿Tienes algún proyecto en marcha que vaya a salir en breves?
Tengo varios proyectos en mente, me falta el tiempo y los medios, pero algo es algo. Estoy trabajando en una posible antología de relatos ilustrados sobre las relaciones tóxicas, el maltrato, el control… pero también sobre cómo sanamos, cambiamos o simplemente seguimos viviendo después de tanto dolor. También he empezado a estructurar una novela gráfica, en un tono más juvenil, con un toque mágico y llena de aventuras, saliendo de mi zona de confort.
¿Puedes decirnos cuatro libros que recomendarías?
Siempre comienzo recomendado el mismo libro, La Historia Interminable (Michael Ende), mi novela favorita desde siempre, te hace pasar por todas las emociones, es mágica y preciosa. Después, un título que descubrí hace unos años y me marcó profundamente, Siempre hemos vivido en el castillo (Shirley Jackson) y un imprescindible, Demasiada felicidad (Alice Munro), te sacude de la cabeza a los pies. Y dentro de Ménades recomendaría Esas que también soy yo, un proyecto precioso que reúne voces tan distintas y tan importantes todas ellas, que se merecen ser escuchadas.