«Allá va» dice la vergüenza. «Allá va» grita el asombro
Clama el miedo «allá va». «¡Es una mujer impura!» todos te señalan

Incómoda habitante de un mundo avergonzado de ser mundo
que se tapa humillado del que le es ajeno
subiste por mis laderas aun sangrando mes a mes faltas de otros
que habrían sido dichas tuyas y solo tuyas
y en mí conjugaste con tus venas todo verbo de acción

Carne que siente, piel temblorosa, boca que anhela
ante el asombro de quien no lo espera ni lo entiende
y se emboba y no lo nombra por pavor a ser roto en mil
fragmentos de vidrio que no sabría componer de nuevo
desfilaste por mis caminos oscuros por buscar la luz que inundase
todo lo que atrás dejabas con tu paso firme

Moradora en el miedo hecha voz, cuando llegaste a mi cumbre
intenté quitarte las espinas de la piel. Allí tendiste el cuerpo dolido
con la tela ajada que lo cubría y no tapaba tu desnudo
Libre te veía, fuerte, enorme sombra a tus espaldas
y tu voz, tu dulce, sensual voz, firme y certera, en mí
quiso encontrar cobijo, quiso llegar hacia los cielos
para bajar en forma de rocío y alimentar verdes campos de esperanza tierna

Fmado.: Eugene Aglipou